(Desde El Cañamelar y El Rosario, José Ángel Crespo Flor)
Ha sido suficiente una noticia para que yo la hiciese local y hablase de lo que realmente me importa: del Santo Rosario y eso que algunos curas, por no decir muchos, intentan 'ningunear' algo que forma parte de nuestros comienzos como cristianos. Porque ¿quien no se acuerda de cuando se rezaba el Rosario antes de la cena, la familia reunida?. Me explicaré la noticia de que el lienzo de Joaquin Sorolla, 'El Bautizo', se subastase en Londres y fuese adquirido por un montante de 825.250 libras, al cambio 935. 657 euros no me sorprende porque estamos hablando de un 'grande' de la pintura universal y cuando se habla de un maestro, el arte que él concibe y crea, uno no entiende ni de crisis ni de penurias económicas . Y si no ... me remito a los hechos.
Pero no quiero detenerme en el precio de la obra sino en un aspecto que, por lo menos, para mi resulta fundamental en esta obra y es el personaje que, en primer termino y de rodillas, está rezando el Santo Rosario. Realmente para mí que Sorolla haya querido plasmar en este lienzo a este personaje tiene unas connotaciones que, como mínimo, me parecen fundamentales para abordar un poco la explicación de una obra que solo ahora y gracias a esta subasta, ha visto la luz: y ahora me refiero a esa plegaria en la que tanto inciden los Papas. Incluso existen muchas fotos en la que se ven a los Obispos de roma, rezar el Santo Rosario, solos o con su secretario, cuando se encuentran descansando o de vacaciones.
Realmente cuando contemplamos esta obra donde un pintor cuya fama es inmortal -sus obras, o mejor aún sus creaciones artísticas, nunca mueren porque siempre están 'vivas'- ha querido inmortalizar el hecho del rezo del Santo Rosario, uno puede darse cuenta de la 'gracia' que tiene de pertenecer como feligrés a una parroquia cuya imagen titular es la Virgen del Rosario aunque no conviene olvidarse del resto del grupo que preside el Altar Mayor: Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Siena, dos gigantes de la religión católica. Orgullo que también sentí cuando contemplé, con mis propios ojos, cómo el arzobispo de Valencia, Monseñor D. Carlos Osoro, en la Procesión del Corpus de Valencia de 2009, fue meditando y desgranando el Santo Rosario tras la Imponente Custodia - se habla que es la más grande del mundo- ante la presencia de miles y miles de valencianos que no quieren perderse, siempre que llega el mes de Junio, la manifestación pública de fe más importantes del año litúrgico.
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