(Desde El Cañamelar Granota 1909, José Ángel Crespo Flor)
Parece que fue ayer y han transcurrido ya seis años. Seis años y tres ascensos que, con el cuarto, el que tuvo lugar en la temporada 62 - 63 configuran los cuatro ascenso que el Levante Ud ha tenido a Primera en sus cien años de existencia. ¿Pocos?. ¿Muchos?. ¿Los que tocaba?. Lo bien cierto es que esos cuatro ascensos devolvieron en su día y ahora también el orgullo de ser del Levante. Un equipo humilde donde los haya pero que puede presumir de tener una afición muy fiel y que nunca falla cuando de apoyar se trata. Esta temporada se ha podido constatar esto que decimos pues ante el Castellón, en el último partido de liga jugado en casa, se dieron cita en el Estadio Ciudad de Valencia casi 19.000 personas y esto dice mucho en favor de una afición sufrida pero una afición fiel y leal como pocas.
Que los del Levante somos singulares lo demuestra lo que a continuación hemos rescatado de aquel ascenso ocurrido en jerez en Junio de 2004. Una oración para perpetuar aquello y una oración que sirvió para dar gracias por el éxito conseguido y sirvió también de recuerdo para todos aquellos , jugadores, directivos, aficionados que no pudieron deleitarse con este segundo ascenso a Primera de nuestro Levante UD. SAD. Un Levante que entonces estuvo presidido por Antonio Blasco, un hombre joven, dinámico, que aunó fuerzas para conseguir lo que al final se logró: estar de nuevo en Primera 40 años después.
Bueno, les dejo con la oración que, para conmemorar la visita que el plantel blaugrana realizó a la parroquia Nuestra Señora del Rosario del Cañamelar, escribió Antonio Díaz Tortajada que por aquel entonces ya estaba como párroco de Santa María del Mar. Preciosamente fue él el encargado de leerla en un templo que no cabía un alma. De nuevo, y esto va parea los incrédulos o los que ningunean la función social que tiene el fútbol, se pudo constatar la fuerza que tiene este deporte y la importancia que en el Marítimo sigue teniendo el Levante UD. SAD.
** Oración del Levante UD, SAD. en su visita a la parroquia del Rosario (9-junio-2004) con motivo de su ascenso a primera división.
Señor:
En el estadio todos juegan, aunque sólo uno gana.
Los futbolistas del Levante Unión Deportiva
aquí estamos con nuestro triunfo,
signo de una larga vida vivida con lucha, esfuerzo y trabajo.
Con esta plegaria a los pies de tu Madre Nuestra Señora del Rosario, en estos Poblados Marítimos nos unimos, como un grandioso coro, para expresarte un himno de alabanza y acción de gracias.
Queremos dar gracias a Dios por el don del deporte,
con el que como hombres ejercitamos nuestro cuerpo,
nuestra inteligencia y nuestra voluntad,
reconociendo que estas capacidades son dones del Creador.
Queremos vivir una vida deportiva como afirmación de los valores más importantes de los hombres como la lealtad,
la perseverancia, la amistad, la comunión y la solidaridad.
Queremos que el fútbol se difunda en todos los rincones del mundo, superando la diversidad de culturas y naciones.
Queremos convertir el fútbol en ocasión de encuentro y de diálogo, superando cualquier barrera de lengua, raza y cultura.
Queremos que el fútbol pueda dar una valiosa aportación
al entendimiento pacífico entre los pueblos
y contribuir de esta forma a que se consolide en el mundo
la cultura de la vida, del servicio y del amor.
Que busquemos, Señor, día a día, la ocasión de encontrar
un nuevo impulso creativo y estimulante,
para que el fútbol responda, sin desnaturalizarse,
a las exigencias de nuestro tiempo:
un deporte que tutele a los débiles y no excluya a nadie,
libere a los jóvenes del riesgo de la apatía y de la indiferencia, y suscite en ellos un santo espíritiu de competición;
un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida
y que eduque para el sacrificio, el respeto y la responsabilidad,
llevando a una plena revalorización de toda persona humana.
Señor Jesucristo, ayúdanos a ser tus amigos y testigos de tu amor.
Ayúdanos a poner en la ascésis personal el mismo empeño
que ponemos en el estadio;
ayúdanos a realizar una armoniosa y coherente unidad
de cuerpo y espíritu, para alcanzar tu inestimable premio:
Una corona que no se marchita y que dura para siempre. Amén
Antonio DIAZ TORTAJADA
En el estadio todos juegan, aunque sólo uno gana.
Los futbolistas del Levante Unión Deportiva
aquí estamos con nuestro triunfo,
signo de una larga vida vivida con lucha, esfuerzo y trabajo.
Con esta plegaria a los pies de tu Madre Nuestra Señora del Rosario, en estos Poblados Marítimos nos unimos, como un grandioso coro, para expresarte un himno de alabanza y acción de gracias.
Queremos dar gracias a Dios por el don del deporte,
con el que como hombres ejercitamos nuestro cuerpo,
nuestra inteligencia y nuestra voluntad,
reconociendo que estas capacidades son dones del Creador.
Queremos vivir una vida deportiva como afirmación de los valores más importantes de los hombres como la lealtad,
la perseverancia, la amistad, la comunión y la solidaridad.
Queremos que el fútbol se difunda en todos los rincones del mundo, superando la diversidad de culturas y naciones.
Queremos convertir el fútbol en ocasión de encuentro y de diálogo, superando cualquier barrera de lengua, raza y cultura.
Queremos que el fútbol pueda dar una valiosa aportación
al entendimiento pacífico entre los pueblos
y contribuir de esta forma a que se consolide en el mundo
la cultura de la vida, del servicio y del amor.
Que busquemos, Señor, día a día, la ocasión de encontrar
un nuevo impulso creativo y estimulante,
para que el fútbol responda, sin desnaturalizarse,
a las exigencias de nuestro tiempo:
un deporte que tutele a los débiles y no excluya a nadie,
libere a los jóvenes del riesgo de la apatía y de la indiferencia, y suscite en ellos un santo espíritiu de competición;
un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida
y que eduque para el sacrificio, el respeto y la responsabilidad,
llevando a una plena revalorización de toda persona humana.
Señor Jesucristo, ayúdanos a ser tus amigos y testigos de tu amor.
Ayúdanos a poner en la ascésis personal el mismo empeño
que ponemos en el estadio;
ayúdanos a realizar una armoniosa y coherente unidad
de cuerpo y espíritu, para alcanzar tu inestimable premio:
Una corona que no se marchita y que dura para siempre. Amén
Antonio DIAZ TORTAJADA
No hay comentarios:
Publicar un comentario