martes, 15 de junio de 2010

La Peña MARITIM, compartió el ascenso con todos los granotas difuntos y prendió dos tracas frente al cementerio del Cabañal

(Desde El Cañamelar y El Rosario, José Ángel Crespo Flor)
Existen gestos que hablan por si solos. Gestos que, a menudo pasan desapercibidos pero gestos que existen y son reales. Tan reales como que el Levante certificó ayer su pase a Primera División. Nosotros fuimos testigos de un gesto que ya es el tercero que se realiza, desde el segundo ascenso del equipo a Primera, en Jerez. Siempre son representantes de la Peña Levantinista Maritim los que lo hacen por lo que desde ya les aplaudimos porque, de bien nacidos es ser agradecidos con aquellos que nos inculcaron nuestra fe a una forma de entender el deporte y el amor a los colores blaugranas del Levante Ud. SAD.
Tras los fastos del Estadio Ciudad de Valencia, representantes de la Peña Levantinista Maritim se encaminaron hacia el Cementerio del Cabañal donde reposan muchos levantinistas y les hicieron partícipes, con el disparo de dos tracas, de la alegría y satisfacción por este nuevo logro deportivo. No hizo falta nada más. No hubo fotografías ni publicidad. Ni falta que hacía. Interiormente cada uno pensó y rezó por sus seres queridos pero el gesto, un gesto lleno de sinceridad, de amor y de lealtad para los que nos hicieron ser del Levante viene a apoyar lo que tantas veces nosotros hemos indicado: el Levante UD. SAD. es otra cosa y quien no lo ha vivido desde dentro no sabe lo que este club representa para sus aficionados. Enunciado este gesto, vamos ahora a otro no menos importante y no menos significativo.
UN ROSARIO EN ACCION DE GRACIAS
Particularmente, tengo que decir que el rosario diario que se reza en mi casa se realizó, en esta ocasión, por dos motivos suficientemente claros: en Acción de Gracias por el ascenso del Levante UD. SAD. y en acción de Gracias por el 50 aniversario de la canonización de san Juan de Ribera, uno de los grandes santos que ha dado la Iglesia que peregrina en Valencia. Dos acontecimientos paralelos que uno tuvo la fortuna de vivirlos en primera persona como también tuvo la fortuna de participar en el Rosario por las Animas que tuvo lugar el sábado en el Cementerio General de Valencia con motivo de la Visita que realizó la Imagen Peregrina de la Virgen de los Desamparados para conmemorar el 50 aniversario de la entronización de la Virgen de los Desamparados - Imagen pétrea- que, desde entonces, desde 1960, preside el camposanto valenciano.
Dos gestos, dos hitos, que hoy tendrán su continuidad en las parroquias de Santa María del Mar y Nuestra Señora del Rosario. Estas parroquias albergaran sendas Misas en Acción de Gracias por este ascenso. Son intenciones nacidas de la afición sin que el club tenga nada que ver en ellas porque para hoy lunes el equipo tiene previsto dar las gracias a la Virgen de los Desamparados en el primero de los actos oficiales para, con posterioridad, compartir esta alegría con las autoridades valencianas.
TRES ORACIONES COMPUESTAS PARA EL LEVANTE UD
Y para completar esta 'contracrónica' de lo que fue una jornada para la historia de Valencia, del Marítimo y del levantinismo les dejo con tres oraciones que, a lo largo de estos años, se ha escrito para el Levante pero que dos de ellas, las dos últimas, son aplicables, como se puede ver y comprender, para cualquier equipo de fútbol. En esto también el Levante es diferente porque que nadie lo olvide el Levante juega desde hace 40 años en Orriols, antes lo hizo en Vallejo pero sus inicios deportivos y como entidad han estado ligados siempre al Marítimo, concretamente al Grao, al Cañamelar, al Cabañal, a La Malvarrosa y a Nazaret. Es más si hay una 'bandera' que una al Marítimo, - y es la única- que nadie lo olvide: es el Levante UD. SAD un equipo que es más que un equipo de fútbol y un club que es más que un club de fútbol. El Levante UD. SAD. es algo que se lleva dentro y que configura a la persona humana en toda su trayectoria terrenal. Y si no, les dejo con las tres oraciones que han acompañados estos tres últimos ascensos del Levante UD.
Que un equipo de fútbol pueda alardear de tener tres oraciones compuestas para conmemorar diferentes hitos es algo que debe de hacer pensar a más de uno. Sobre todo a los que no entienden lo que es y representa el Levante para las gentes de Valencia y del Marítimo.
Las tres oraciones por supuesto tienen varias dedicatorias: para toda la afición que vibró con su equipo, para los que desde el Cielo habrán 'visto',complacidos este triunfo, para los jugadores que hicieron posible lo que todavía hoy se considera un milagro; para los dirigentes y en especial para dos personas que, en silencio, viven su levantinismo: Vicente Esteve, capellán del Levante UD. SAD. y Vicent Font, sacerdote, misionero en Peru y levantinista. Y como no hay dos sin tres, también apuntamos un hombre fundamental en su tiempo, Vicente Gallart, capellán del Levante en la temporada 62 - 63, la del primer ascenso levantinista. ¿Es o no el Levante un club especial?
ORACIÓN ANTE EL CENTENARIO DEL LEVANTE U.D.

Por Antonio DÍAZ TORTAJADA. Sacerdote-periodista
Señor:
Queremos darte gracias por estos cien años de historia:
Con sus gozos y sus sombras.
Celebramos, como deportistas,
el centenario del equipo Levante Unión Deportiva
Nacimos en los barrios pescadores de los Poblados Marítimos:
Ahí está nuestra cuna y parte de nuestra historia.
Somos el final de una larga cadena
de hombres que lucharon y pusieron toda su voluntad
en el esfuerzo, en el trabajo y en el dominio de su cuerpo
por construir una cultura de la solidaridad,
de la entrega y de la vida.
Nos unimos a tantos deportistas que de una forma u otra
dieron parte de su vida en el estadio,
bien en nuestros barrios marineros valencianos,
o bien como semilla de otros equipos.
Después de cien años de esfuerzo y trabajo,
te pedimos, Señor, que nos des valentía y fuerzas suficientes
para reflexionar juntos, como equipo,
sobre nuestra condición de deportistas
en un mundo cargado de esperanza.
Tras cien años de historia nos queremos encontrar
para soñar juntos un futuro de paz,
unidos en la misma fe de nuestros antepasados
Muchos de los sueños de los que nos han precedido
se han hecho realidad;
otros están aún por realizarse.
Queremos recoger esta herencia,
para dar un suplemento alma al trabajo de nuestro deporte.
Fortalece nuestros lazos humanos y deportivos.
Que juntos formemos una gran cadena de amor.
Estamos convencidos de que, para ello,
hay que prestar oído a los jóvenes y permitirles ser protagonistas
de otros cien años de historia
abriéndoles espacios de responsabilidad
en la vida social y deportiva.
Que seamos deportistas
que se desapegan de las riquezas obtenidas
por los dones que Dios nos dio;
porque así abriremos con mayor facilidad nuestro espíritu
para recibir el Reino de Dios como herencia.
Haznos mansos y humildes de corazón,
porque de esta forma
pisaremos con mayor seguridad el campo de juego,
y jugaremos confiados en que somos dueños de nosotros mismos.
Y asumiremos no sólo nuestros fracasos y derrotas deportivas
sino también todos los dolores cuantos sufren en nuestro entorno.
Señor:
Que junto con el hambre y la sed
que tenemos por vencer en la competencia,
también tengamos hambre y sed
por la victoria de Dios entre los hombres.
Danos limpieza en el juego y en la vida
porque solo así, jugando limpio,
podremos contemplar no solo el rostro humano
de nuestros compañeros de equipo y sus competidores,
sino también veremos el verdadero rostro del Dios verdadero.
Enséñanos a construir un equipo acogedor y solidario,
que sea respetuoso, comprensivo y capaz de integración,
que trabaje por la paz y la libertad
y sea consciente de su propio pasado.
Que que el Levante Unión Deportiva
construida sobre valores de generosidad y de entrega de sí,
de interioridad y de búsqueda sincera de la verdad.
sea aquella unión de hombres,
que nació para vivir el deporte y la vida,
conforme a las enseñanzas de Jesús.
Colócanos, Señor, en buen camino
para heredar tu amistad eterna.
Que Nuestra Señora del Deporte y Madre de los Desamparados nos ayude a todos. Amén.
PADRE NUESTRO DEL DEPORTISTA
Por Antonio Díaz Tortajada
Sacerdote-periodista
*Padre nuestro que estas en el cielo y en cada rincón de la tierra
sobre todo donde un hombre refleja con su cuerpo y mente sana tu imagen.
Te reconocemos el Grande en el cielo y en la tierra
por todos los valores humanos presentes en el deporte.
Te bendecimos por todos los deportistas,
por sus familias y por quienes les apoyan.
Ayúdales a sacar el mayor bien de su talento y espíritu de equipo.
Padre nuestro que miras por igual a todos tus hijos
a quienes ves enfrentados jugando en el mismo estadio;
que no nos aislemos en nuestro egoísmo.
Quisiéramos realzar tu nombre
viviendo deportivamente el mensaje de aquel Monte,
con limpieza de corazón, sed de justicia, misericordia y de paz.
Que no usemos nunca la violencia o los puños para ganar
sino las normas del reglamento que deportivamente nos dignifican.
*Venga a nosotros tu reino que se nos da en el don del juego
que nos permite divertirnos y crecer física y espiritualmente.
Venga a nosotros tu Reino si de verdad Dios es nuestro rey
el de la paz y el del amor y trabajamos para que Él reine en el estadio.
Aleja de nosotros los reinos de la violencia,
de la mentira, de la trampa y de la traición.
*Hágase tu voluntad siempre y en todas partes.
En los estadios y en las canchas
que tus deseos no sean obstaculizados
por los hijos de la trampa y el cartón.
*Danos el pan para vivir solo el momento presente
que esté amasado con inteligencia y voluntad.
Aleja de nosotros el pan de la cizaña
que siembra envidia y división porque mañana puede ser tarde.
*No nos dejes caer en la tentación de almacenar lo que nos diste,
de acumular lo que otros necesitan,
de mirar con recelo al de enfrente.
Ayúdanos a eliminar la intolerancia
y a construir un mundo más fraterno y solidario;
un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida
y que eduque para el sacrificio, el respeto y la responsabilidad,
llevando a una plena valorización de toda persona humana.
Que estemos dispuestos a pedir perdón
por lo que en el mundo del deporte se ha hecho o se ha omitido.
Y que nuestra mirada siempre este en el triunfo definitivo
donde fundamos nuestra esperanza. Amén
ACCIÓN DE GRACIAS POR EL FÚTBOL
por Antonio DIAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista


Señor:
En el estadio todos juegan, aunque sólo uno gana.
Los deportistas te damos gracias por nuestros triunfos, signo de una
larga vida vivida con lucha, esfuerzo y trabajo.
Con esta plegaria a los pies de tu Madre María Santísima nos unimos,
como un grandioso coro, para expresarte un himno de alabanza y acción
de gracias.
Queremos dar gracias a Dios por el don del deporte, con el que como
hombres ejercitamos nuestro cuerpo, nuestra inteligencia y nuestra
voluntad, reconociendo que estas capacidades son dones del Creador.
Queremos vivir una vida deportiva como afirmación de los valores más
importantes de los hombres como la lealtad, la perseverancia, la
amistad, la comunión y la solidaridad.
Queremos que el fútbol se difunda en todos los rincones del mundo,
superando la diversidad de culturas y naciones.
Queremos convertir el fútbol en ocasión de encuentro y de diálogo,
superando cualquier barrera de lengua, raza y cultura.
Queremos que el fútbol pueda dar una valiosa aportación al
entendimiento pacífico entre los pueblos y contribuir de esta forma a
que se consolide en el mundo la cultura de la vida, del servicio y del
amor.
Que busquemos, Señor, día a día, la ocasión de encontrar un nuevo
impulso creativo y estimulante, para que el fútbol responda, sin
desnaturalizarse, a las exigencias de nuestro tiempo: un deporte que
tutele a los débiles y no excluya a nadie, libere a los jóvenes del
riesgo de la apatía y de la indiferencia, y suscite en ellos un santo
espíritu de competición; un deporte que contribuya a hacer que se ame
la vida y que eduque para el sacrificio, el respeto y la
responsabilidad, llevando a una plena revalorización de toda persona
humana.
Señor Jesucristo, ayúdanos a ser tus amigos y testigos de tu amor.
Ayúdanos a poner en la ascesis personal el mismo empeño que ponemos en
el estadio; ayúdanos a realizar una armoniosa y coherente unidad de
cuerpo y espíritu, para alcanzar tu inestimable premio: Una corona que
no se marchita y que dura para siempre.
Amén.

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